¿Qué tal? Si un día nos despertamos y nos hemos convertido en una inmensa cucaracha, escarabajo, tarántula, o un horrible y desgarrador monstruo; así como le sucedió a Gregorio Samsa, cuando despertó y ya no era él.
En este mundo donde sobrevive el más fuerte y el que mejor sepa ocupar sus tentáculos, ya sea para engañar, sobresalir y sobre todo para ganar; ya no existe diferencia entre ser un monstruo o tener éxito.
Las empresas buscan gente que esté dispuesta a dar el todo por el todo, ya no importa mentir a las personas, con tal de vender un producto: en este mundo globalizado, lo primordial es adaptarse. Debemos adecuarnos a las normativas de nuestros empleadores, aunque estas vayan en contra de nuestros principios.
¿Por qué criticar al pagador de la Asamblea Legislativa?, ¿No es acaso eso lo que le enseñó la sociedad?, y conste que no le estoy justificando, nada más digo que él y otros nada más son un producto de un mundo globalizado.
1 comentario:
Es cierto que en un mundo globalizado, donde tu tienes que competir con otros que no están ni por cerca a tu misma escala, no te toca de otra más que ver que hacer para sobrevivir.
Me hubiera gustado que elaboraras un poquito más sobre el tema, quizás pensar sobre que opciones tenemos los nuevos profesionales en este mundo come-hombres.
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