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¿San Francisco igual que San Salvador?




El pasado miércoles 16 de septiembre se público en el Diario de Hoy una nota muy interesante: “Construir toma siglos; destruir, solo minutos”. Al inicio se me vino a la mente que era una nota acerca del cierre de baterías record, por aquello de que ha sido un tema muy sonado, mi sorpresa vino más tarde, solo se trataba de una de las tantas notas que recibimos a cada momento: si la izquierda llega al poder nos hundiremos, si el comunismo, si el FMLN… en fin, un tema que en pocas semanas será el pan de cada día, más que ahora.

Como decía, el artículo me pareció interesante, su autor describe de maravilla lo que sucedería en el país si la “chusma” llega al poder. Entiéndase por chusma a la “zurdería, a las momias de la Guerra Fría, a los faltos de propuestas, a los que no pueden pensar bien”: en fin, a la izquierda de nuestro país, claro representada por el FMLN.

Todos los calificativos anteriores hacen alusión a la tan famosa falacia de uso frecuente, la de sobrenombres negativos y ataques personales irrelevantes. A mi criterio, no era necesario calificar con estos adjetivos a la izquierda, bastaría con nombrarla como lo que es, el partido de izquierda o el FMLN: da risa y tristeza a la vez leer este tipo de artículos, solo pienso que es por llenar espacio, por no decir que están manipuladas y que tienen mucho trasfondo.

Pero no me detendré solo en la etiquetación que se hace al FMLN, otro aspecto muy simpático que menciona este autor es que nuestras leyes, gobiernos y sistema económico son las mismas que rigen a Francia: ¡vaya comparación! Los derechos o las leyes pueden ser los mismos, pero qué tan efectivo es su cumplimiento, sin descartar que Francia es un país desarrollado y nosotros nada más estamos en vías de desarrollo. Entonces, si utilizamos un modelo económico parecido al de Francia o Japón, quizá por allí puede venir el hecho del descrecimiento económico que El Salvador experimenta: desde la presidencia Cristiani caracterizada por los impuestos, Calderón Sol, Francisco Flores y la dolarización y ahora el Sr. Saca. A lo mejor no es culpa de la administración, sino del modelo económico.

Lo mejor de todo es que no solo nos parecemos a Francia, también vivimos de la misma manera que viven nuestros hermanos salvadoreños en San Francisco: “Un salvadoreño que se va a vivir a Milán o San Francisco no se siente en otro planeta”. La mayoría de salvadoreños tenemos familiares viviendo en Estados Unidos y a través de ellos nos damos cuenta de cómo es la vida allá, el proceso difícil de adaptación que sufren y la diferencia que ellos mismos comentan entre las formas de vida de los salvadoreños y de los americanos.

Para concluir, me interesa rescatar algunas de las ideas brindadas por la nota:
a- Se supone que el modelo económico de un país lo escoge el partido en gobierno, con esto no habría razón de decir que este modelo no fue impuesto por ARENA o por grandes empresarios, que a lo largo de la historia a queda demostrada su vinculación.
b- El FMLN está en todo su derecho de proponer lo que mejor vaya vinculado con sus ideologías y creencias. Si ellos piensan que el país necesita de un cambio, seguramente lo plantearán. Además, es más que lógico que si le llaman a cada momento la oposición es porque sus ideales son otros, por tanto no es extraño que sugieran nuevos modelos, y que no piensen seguir la misma línea de solución arenera.
c- En El Salvador hemos vivido más de 15 años con una propuesta derechista y el éxito es poco, ahora pregunto yo: ¿Dónde se ha dado ese milagro?, sino se da con un gobierno izquierdista como se propone en la nota, a dónde se ha dado en el país el milagro de las ideologías de derecha.
Para culminar, solo me gustaría agregar el artículo 7 del Código de Ética Periodística de El Salvador.

Art. 7. El periodista debe difundir únicamente informaciones fundamentadas y evitar datos imprecisos y sin base suficiente que puedan lesionar o menospreciar la dignidad de las personas y provocar daño o descrédito injustificado a instituciones o entidades públicas y privadas. También evitará la utilización de calificativos injuriosos.




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