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¿Qué nos espera?

Modelo tras modelo se han ido implementando en nuestro país, ¿qué trajeron?, más desigualdad y pobreza, a un país que año con año no crece económicamente, aunque de forma aparente sí, debido al ridículo cálculo que se hace, entre alguien que gana 20 veces más que un asalariado del suelo mínimo, pues no se hace diferencia entre el uno y el otro, en las estimaciones realizadas.

Desde hace ya 16 años, exactamente luego de la guerra, el modelo económico implantado en nuestro país ha fracasado, basta con ver la falta de oportunidades que tenemos todos en muchos ámbitos: salud, educación, lo laboral, entre otros. Además, con la falta de oportunidades, están de la mano las nuevas y viejas brechas: la social, la comercial y la digital, por ejemplo.

Otro ejemplo, quizá más específico de cómo ha fallado el modelo económico es el crecimiento de la deuda externa de nuestro país, en los últimos años. Para 1998, la deuda externa fue de $2.820 millones, en 2004 de $6.210 millones, por cierto, era el 47% del PIB. Y para hace dos años exactamente la deuda a saldar era de $750 millones.

Este modelo económico aplicado a partir del inicio de la administración del presidente Alfredo Cristiani, en 1989, generó expectativas de un crecimiento económico persistente del PIB del 4.6% en el primer quinquenio, los resultados obtenidos, ya lo experimentamos, fueron contrarios a los esperados.

A pesar de todo, el primer quinquenio superó las expectativas con un crecimiento económico del 5.9%, en el segundo quinquenio el crecimiento fue de 3.9%, y cayó en el tercero al 1.9%. Las principales reformas aplicadas, propias de un modelo globalizado, se centraron en una política fiscal dispuesta en 3 impuestos: IVA, Renta e Impuesto a importaciones. Luego, la política monetaria: del colón al dólar, en el 2001. Y después, la política de liberalización de precios. Vale aclarar que no pretendo decir que es culpa de los gobiernos que hemos tenido, o quizá sí.

En fin, por si fuera poco, con todo esto de las desigualdades, brechas, la mortífera deuda externa, modelos económicos fallidos, entre otros, se nos une un problema más: la crisis generada por los altos precios de la canasta básica; crisis que ha generado dolor de cabeza en la mayoría de países latinoamericanos, sino es que en todos.

Una muestra de este dolor de cabeza generado por la crisis, tanto para los gobiernos, como para la población, fue el pasado primero de mayo, que pasó de ser una celebración del día del trabajador, a una especie de desahogo por parte de la población salvadoreña, ante los altos precios y la poca sostenibilidad a la que se enfrentan día a día las familias.

Ahora, con todo esto, ¿Qué nos espera?, o mejor dicho, ¿Qué podemos hacer desde nuestro papel como comunicadores, para tratar de mejorar un poca la situación asfixiante de la que todos somos parte?

2 comentarios:

P dijo...

mienras no se entienda que los modelos son precisamente eso, modelos y no recetas mágicas que van a solucionar todos los problemas, la posibilidades de los salvadoreños siempre se verán afectadas por la desigualdad.

Mariam Alfaro dijo...

Considero que como municadores debemos de hacer ver la realidad a quienes no la quieren ver ayudar a visibilizar lo invisibilizado y buscar que las instituciones no sigan aprovechándose de los más necesitados.