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La comunicación corporativa



Todos sabemos que la comunicación es la facultad o capacidad que tenemos los seres humanos para transmitir: sentimientos, emociones, pensamientos, información, entre otros, esto es posible con la existencia de un emisor, que envía un mensaje a un determinado receptor, incluso puede ser a sí mismo.


De esta forma, la comunicación es aplicable a las empresas, ya que por medio de esta, es posible la organización o coordinación, y estas a su vez, facilitan a los miembros de determinada compañía, el logro de sus objetivos o metas propuestos. Asimismo, y de lo anterior, surge el concepto de comunicación corporativa o empresarial.



Por comunicación corporativa entenderemos, a todos los procesos de la misma, que reflejen, acentúen y transporten la identidad de una empresa, dirigidos, claro está, a públicos objetivos de relevancia. También, podemos identificarla como “una herramienta de gestión, por medio de la cual, todas las formas de comunicación internas y externas, se armonizan de una forma productiva para la institución y sus miembros, creando una base positiva para las relaciones con los públicos de los que depende la empresa”.


Consecuentemente, la comunicación corporativa debe caracterizarse por ser dinámica, porque debe innovarse de manera constante y buscar la transmisión de los mensajes de manera rápida y clara. Planificada, porque debe implementar programas que vayan de acorde al alcance de los objetivos, mediante investigaciones de mercado previas y análisis de datos. Consistente o integral, porque lo que es la empresa debe estar íntimamente ligado con lo que se quiere comunicar y con lo que se pretende ser a futuro.


Por consiguiente, no se debe olvidar, que todo proceso de comunicación debe responder al quién, qué, cuándo, dónde, cómo y por qué. De esta forma, dentro de las empresas la comunicación se deben cumplir con las siguientes funciones: Regulación, innovación y socialización.


En nuestro país, los canales de comunicación pueden ser formales o informales. Cuando decimos formales, nos referimos a todos los medios escritos, que se utilizan para transmitir un mensaje, primordialmente de asuntos laborales. Mientras tanto, informal, lo refieren a comentarios de carácter personal, utilizando sobre todo medios verbales, aquí también pueden incluirse asuntos laborales.


Con lo anterior, tenemos que los sistemas formales, responden a una comunicación vertical, siguiendo así una cadena de autoridad y limitada a aspectos relacionados con el trabajo. En cambio, los informales no están sujetos a nada, por tanto son libres de desplazarse en cualquier sentido, e incluso, pudiendo saltar niveles de autoridad.


Finalmente, entre los beneficios que una empresa puede gozar, gracias a los procesos de comunicación corporativa encontramos: mejoría en el trabajo de equipo, debido a que las decisiones son tomadas en conjunto y no de forma autocrática. De igual forma, la identificación de debilidades es otro de los logros de estos procesos, así como la creación de un ambiente de confianza entre jefes y subalternos; y como sabemos todo lo anterior aumenta la productividad, eficiencia y eficacia, en las empresas.



1 comentario:

P dijo...

Muy buena entrada. La comunicación corporativa se vuelve cada vez más importante, en especial porque ahora las empresas tiene que competir a nivel mundial.